Con actitud compasiva y de agradecimiento. Esta atención plena nos ayuda a hacernos amigos de nosotros mismos y de nuestra experiencia. Y a ser capaces de darnos cuenta de cómo nos sentimos.
Beneficios:
- Mayor empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otra persona)
- Mayor capacidad de atención y concentración
- Aprendizaje en el manejo de emociones y del estrés
Proporciona un espacio y un tiempo en familia, para poder estar simplemente juntos, en medio de la vorágine de “hacer del día a día. Nutrir a la familia con estos espacios es sanador por sí mismo.
Consejos para la práctica de Mindfulness:
Constancia y paciencia: elige momentos fijos, por ejemplo 2 o 3 días a la semana, a la misma hora. Con unos 4 o 5 minutos es suficiente para los niños pequeños (de 4 o 5 años de edad) y entre 5 y 15 minutos los mayores. Los resultados no siempre se dan de inmediato, es con la práctica regular como se observan los mayores beneficios.
Lugar: cuando se está aprendiendo es aconsejable buscar un lugar tranquilo en el que no haya interrupciones. Con el tiempo, se podrán hacer los ejercicios en espacios más bulliciosos.
Actitud: propón la práctica con una actitud lúdica, llena de humor y de aventura pero de forma relajada. Si el niño se resiste puedes acordar hacerlo en otro momento. Repite algunos ejercicios que les sean especialmente atractivos o fáciles. Aunque el ejercicio sea el mismo, la experiencia personal puede cambiar en cada ocasión.
Participación: resulta muy motivador practicar con los niños, estar ahí con ellos, viviendo una experiencia compartida. No obstante, a algunos niños les gusta practicar también en solitario.
Aceptación, valorar el esfuerzo, con amabilidad. Hay días que uno se siente mejor y la práctica sale “redonda”; otros, uno está más distraído, más tenso y aparecen más dificultades. En todo caso hay que decirle al niño que se dé cuenta de ello y que lo está haciendo bien, aceptando las cosas tal y como son en ese momento. “No juzguéis las experiencias de los niños, todas las experiencias están bien”.
Escúchales: pregúntales por la experiencia, pídeles que expresen sus sensaciones al terminar los ejercicios. Estas no son ni buenas ni malas, simplemente vivencias de cada momento. Si le apetece comentarlo bien y si no también.
5 Ejercicios Mindfulness para trabajar en familia.
El objetivo del juego es pasarse una taza llena de agua, primero con los ojos descubiertos y luego con los ojos tapados, sin derramar ni una gota. Compartimos las sensaciones experimentadas en este ejercicio en el que ponemos atención plena en un objeto.
Este juego es muy sencillo y es apto para todas las edades. Desarrolla cualidades como la empatía, genera vínculos afectivos. El objetivo es poner la atención en los ojos del otro sin apartar la mirada. Compartimos qué he sentido al mirar fijamente en los ojos del compañero.
Con los ojos cerrados, tendremos que ser conscientes de nuestro cuerpo, de las sensaciones que tenemos. Relacionaremos nuestras emociones con el clima; feliz y relajado-sol brillante, preocupado o angustiado- el cielo está lleno de nubes que no dejan ver con claridad el cielo y está a punto de caer un chaparrón. Los estados de ánimo cambian como el tiempo. Ver qué tiempo hace ahora en mi interior y si cambia a lo largo del día. Es un ejercicio de atención a nuestras emociones.
Es un ejercicio de atención plena a la respiración. Permaneceremos tranquilos y atentos como una rana. Nos convertiremos en una rana y durante un breve período de tiempo, observaremos los cambios en la respiración.
Practicamos la atención plena al comer, es una actividad genial para los niños. Lo haremos con una fresa o un trozo de chocolate se pueden hacer juegos para que aprendan a saborear plenamente lo que comen, con cada sentido. Más conocido en Mindfulness como “el juego de la pasa” (adultos). Observaremos si comemos con prisas, con hambre o por ansiedad.
Psicóloga en Apraxia Psicología.