La alta capacidad es un fenómeno multidimensional que se manifiesta de distintas formas y en diferentes niveles de inteligencia. Existen diversas definiciones de altas capacidades. La tendencia actual es incluir en la definición, además de los aspectos cognitivos, las variables contextuales, la importancia del entorno y de las variables de corte psicosocial, ya que las personas con altas capacidades evolucionan a lo largo del desarrollo vital como resultado de la interacción entre sus capacidades innatas y el apoyo apropiado.

En este artículo detectaremos las principales características de personas con altas capacidades y cómo ayudarles a regular sus emociones.

Características de las personas con altas capacidades

No hay que entender a las personas con altas capacidades como un grupo homogéneo que presenta siempre las mismas características. Aunque cada persona con altas capacidades es única y tiene características propias, hay ciertas características que se ha visto que tienen más incidencia dentro de las personas con altas capacidades:

  • Diversos autores han resaltado como características más frecuentes en personas con alta capacidad intelectual, la intensidad emocional, la alta sensibilidad hacia los sentimientos de los demás, la elevada autoconciencia, la sensación de ser diferente, el idealismo, el fuerte sentido de la justicia, las altas expectativas y el perfeccionismo.
  • Otra de las características que parece tener mayor incidencia en este grupo es la sobreexcitabilidad. Dabrowski desarrolló este concepto en su Teoría de la desintegración positiva e identificó cinco áreas de sobreexcitabilidad: psicomotora, sensual, intelectual, imaginativa y emocional. Por esta razón, muchos estudiantes con altas capacidades tienen más necesidad de movimiento ante ciertas tensiones emocionales, más necesidad de conocimiento o de la verdad, sienten frustración ante tareas escolares que les resultan repetitivas y poco interesantes, tienen un fuerte sentido de lo que es correcto e incorrecto, lo que puede derivar en enfados, etc.
  • A esta sobreexcitabilidad debemos añadirle el desarrollo asincrónico que presentan los niños con altas capacidades. Este desarrollo asincrónico se debe a que a nivel intelectual el desarrollo puede ocurrir a un ritmo más avanzado que el desarrollo social y emocional, lo que puede dificultar la adaptación y la regulación emocional. Como consecuencia de esta asincronía, se ha detectado que los estudiantes con alta capacidad pueden ser capaces de comprender cognitivamente conceptos difíciles, pero sin estar preparados para manejarlos emocionalmente.
  • Centrándonos en la sobreexcitabilidad emocional, esta se traduce en sentimientos muy intensos y complejos que pueden manifestarse de forma extrema. La falta de conocimiento y de herramientas de autorregulación emocional puede conducir a manifestaciones somáticas del malestar que no encuentran otra vía de expresión y a conductas disruptivas.

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¿Cómo podemos enseñarles herramientas para regular sus emociones?

Tenemos que tener en cuenta que esto debería de ser una enseñanza longitudinal, es decir, a lo largo de todo su periodo de desarrollo. Además, dado que parte de la gestión emocional la aprenden por imitación, es importante que las madres/padres también interioricen estas herramientas y las utilicen en su día a día para así poder acompañar a sus hijos en este proceso de aprendizaje y, a su vez, servirles de modelo.

  • Tienen que conocerse, por ello, podemos explicarles que sienten de forma más intensa. En ocasiones pueden sentir que la emoción les invade, les atrapa y esto les puede llevar a actuar sin pensar. Posteriormente, pueden sentir mucho arrepentimiento y culpa. Por ello, el primer paso para empezar a desarrollar diferentes estrategias para regular las emociones es conocer cómo sentimos y por qué a veces actuamos así. Esto puede aliviar sus sentimientos posteriores de culpa, las creencias de que “son malos” y aumentar su motivación para utilizar otras formas más funcionales de expresión emocional.
    • Para ello, han de atender, dirigir su atención, a sus reacciones fisiológicas (las emociones se sienten el cuerpo) y poder identificarlas. Una buena identificación de la emoción es esencial para poder aprender a expresar las emociones de manera funcional.
    • Es necesario promover la comunicación de las emociones. Es importante que vean que nosotros también somos capaces de comunicar nuestras emociones, así podrán aprender cómo hacerlo y normalizarán la expresión de las mismas.
    • Cuando comunican sus emociones, deben sentir que estas son aceptadas y respetadas. Esto facilitará que la comunicación de las emociones se siga dando, aumentará nuestro vínculo y, además, les enseñará la importancia de respetar las emociones del resto y a aceptarlas.
    • Debemos ayudarles a comprender el por qué de la emoción y el significado de la misma.
    • Es importante que sepan cómo tienden a reaccionar ante ciertas emociones y hacerles conscientes del impacto que estas reacciones y comportamientos tienen en ellos y en los demás.
    • Podemos enseñarles, si sabemos, técnicas de relajación. Son muy útiles en momentos de alta intensidad emocional.

Como hemos mencionado, cada niño es único y tiene unas características y necesidades diferentes. Independientemente de esto, la gestión emocional es un aprendizaje que siempre va a ser beneficioso para todos. Puede ayudar a aportar estabilidad y seguridad en el desarrollo de las personas con altas capacidades y ayudarles a afrontar mejor ciertas dificultades a las que pueden verse expuestos en su día a día. Además, que la familia sea un espacio seguro en el que poder expresar las emociones aumenta la vinculación de los miembros de la familia, ayudando a crear un ambiente más cálido y de confianza.

Carla Garnés
Psicóloga de Apraxia Psicología